A la persona
Listado a la persona
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Cambiar a la persona sin cambiar las estructuras es ilusión idealista o liberalistala meta final es la justicia, y el largo camino para llegar a ella y darle sentido y vida es la fela liberación básica del espíritu, base y esencia de todas las demás liberaciones o, mejor dicho, alma de la única liberación total que libera a todo el hombre a un tiempo en todo lo que es, y de la que las demás liberaciones son sólo destellos parciales, es el primer requisito fundamental e irremplazable para todos aquellos que generosamente se entregan a la lucha por la justiciaen este libro, mi camino ha sido recorrer las sendas de la fe hasta la meta de la justicia, pues cuando consideramos la justicia desde la fe es cuando adquiere la profundidad de sentido y la urgencia de acción que, en privilegio divino e histórico, sentimos hoy en nuestros corazones'la experiencia íntima y compartida de la fe, en toda su variada riqueza y su espléndida profundidad, es el componente esencial del movimiento por la justicia social y la dignidad humana, tanto en los que lo dirigen como en los que lo integrancambiar las estructuras sin cambiar al hombre es pura ilusión materialista o colectivistanecesitamos a un tiempo la fe y la justica para responder plenamente a la necesidad vital de la sociedad de hoyen la lucha por la fe y la justicia conviene no separar ambos términos del binomio
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Esto era muy sabido, y, «grosso modo», nadie lo discuteel mesías anunciado por los profetas, ¿era dios o simple hombre? ¿era «anthropos», en cuanto dios, o viceversa? ¿anunciábase como absoluto o relativo «theos»? a tales preguntas respondían san pablo, san juan y la generación contemporánea de los apóstolesla mayor novedad de la obra del pcentro de la economía de la salud, une con su muerte las dos vertientes de la historiaesta 'cristología gnóstica' que hoy presenta la bac esclarece, de rechazo, los grandes temas de los primeros padres de la iglesia, y restituye muchos que, sin una perspectiva abierta por igual a sectarios y ortodoxos, no cabe siquiera formularlos primeros escritos postapostólicos son de circunstancias, y no abordan el estudio sistemático sobre la persona, constitutivo y obra de jesúshay que llegarse hasta ireneo para descubrir, entre eclesiásticos, una doctrina compleja, sistemática, sobre los misterios de cristoorbe ha consagrado muchos años a la teología heterodoxa de los siglos ii y iiien clemente alejandrino y orígeneshabía sus razones: a) los gnósticos resultan oscuros y están muy fragmentariamente representados; b) ¿hubo una cristología gnóstica digna de ese nombre? el salvador de los sectarios evaporaba el alcance obvio de la escritura, para convertirse en mitola índole analítica de este estudio, sobre una documentación tan abundante como nueva, da a la obra un especial interés para cuantos, amigos de ir a las fuentes y replantear problemas, se resisten a saltar, de golpe, de los escritos neotestamentarios a los santos padresy poco después los presbíteros de asia, los fundadores de las tradiciones teológicas, sensibles, vorbe descansa en la riqueza de premisas y cuestiones interesadas en la primerísima soteriología, débilmente recogidas -por solas tradiciones literarias- entre los modernos exegetas y teólogos¿merece la pena devolver, por medio del análisis, a la historia elementos tan artificiosamente depauperados? hasta ahora, la respuesta, no formulada por los críticos, ha sido escéptica y aun negativapara entender a fondo la cristología sistemática de los primeros teólogos eclesiásticos es indispensable el conocimiento de los grandes herejes contemporáneos, en especial de los llamados «gnósticos»la ha estudiado con amor y esclarecido puntos capitales, llegando a la conclusión de que -en los grandes problemas- eclesiásticos y herejes tienen muchos puntos de contactovenido en la plenitud de los tiempos, polariza la atención de los dos testamentosmas ninguno parece haberse dedicado a examinar el pensamiento herético en toda su complejidadtan consustancial como el mundo o la materia a las ciencias fisicoquímicas, es a la teología cristiana la persona, componentes y misión de jesús
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El núcleo de la fe de la iglesia es la persona de cristoen este proceso, la fórmula cristológica del concilio de calcedonia (siglo v): «ha de confesarse a uno solo y el mismo hijo, nuestro señor jesucristo, el mismo perfecto en la divinidad y el mismo perfecto en la humanidad», no puede entenderse ante todo como una afirmación inmutable y para siempre, sino principalmente como fruto de una larga reflexión sobre la persona de cristo y como punto de partida de posteriores análisispara ello resulta obligado conocer la cristología de los primeros siglos, establecer su desarrollo y mostrar sus implicaciones litúrgicas, pastorales y espiritualesla presente obra sitúa el concilio de calcedonia en un contexto histórico mucho más amplio y complejo que permite comprender mejor los antecedentes que fundamentan su teología sobre cristo, así como entender la recepción de calcedonia en los siglos posteriores a partir del pensamiento de algunos de los principales padres de la iglesiadaley (1940) ha sido profesor de teología en la universidad de notre dame (ee uu)pero corresponde a los teólogos investigar, analizar y debatir las fórmulas más adecuadascada creyente, en fidelidad a la tradición, afronta sin cesar el reto de dar razón de su fesu tarea no puede limitarse a dirimir cuestiones abstractas, sino que ha de abrirse también y ante todo a hacer inteligible la esencia de la feen este recorrido, el lector es invitado a seguir las huellas de autores como ireneo, orígenes, gregorio nacianceno, gregorio de nisa, agustín de hipona o juan damasceno, cuyas aportaciones atestiguan el desarrollo de la doctrina cristológica en continuidad con la tradición apostólica
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Señal pictograma y texto prohibido paso a persona ajena a la empresa en varias medidas y materiales
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